“La rosita y el chicharrón, la cartelera de hoy y mañana, el pelly a cinco pesos”, así se escuchan por estos días las esquinas del Vedado. La gente va y viene por la calle 23 como si fueran a apagar un fuego. "No da tiempo, hay que correr, me cierran el cine", dice una muchacha que desde las 9 y 30 am une las tandas hasta que acaba el día.
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