El filme se titula Cuba Libre y termina con una imagen de negocios estadounidenses asentados aquí durante la ocupación militar de 1898. La película es atípica para el espectador cubano, que verá a mambises no idealizados gritando “¡Viva Cuba y los Estados Unidos también!” Verá a los simpatizantes con el ejército norteamericano, quizás no tanto como traidores, sino como ingenuos, faltos de carácter, oportunistas.
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